"Boulevard Montmartre la nuit", Camille Pissarro
La noche, la noche deslumbrante
que junto a las esquinas retuerce sus caderas,
aguardando, quién sabe,
como yo, como todos.
Luis Cernuda
.
La noche. La noche con su interminable desfile de recuerdos
enquistados caminando sobre el telón de fondo del verano madrileño. Escuchas el
sonido de una ambulancia y eso te hace estremecerte, aunque la temperatura de
tu habitación debe de ser cercana a los treinta grados.
A veces solo necesitamos unas palabras, una pasión
desmedida, una estrella en combustión. Alguien que rompa la tristeza en mil
pedazos, que ascenderán como polvo estelar al firmamento de las cosas que no
son. Necesitamos saber que hay algo más, un algo incorruptible y preciso que
nos envuelva. Pero el teléfono permanece dormido y la noche prosigue con su
desfile suave, inacabable.
Mañana el sol tendrá una herida nueva y nadie se percatará
de ello. Quisieras que supiesen leerte entre líneas cuando la frustración te
lleva a decir lo que en verdad no deseas para no alterar el guión que imaginariamente
has trazado en tu pensamiento, sin comprender que eres la única directora de
esta película y que los argumentos se van modificando a medida que se escriben.
Y las conversaciones perdidas vomitan las palabras nunca dichas, que se van a
morir, como polvo estelar, al cielo de las cosas que no fueron. No, no es el amor quien muere...
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